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Afección Rodilla 11 Abr 2023

Desgarro de menisco | Diagnóstico y tratamiento para fisioterapeutas

Desgarro de menisco

Desgarro de menisco | Diagnóstico y tratamiento para fisioterapeutas

El menisco es esencial para la estabilidad, la absorción de impactos, la distribución de fuerzas, la lubricación de la rodilla y la propiocepción. (Englund et al. 2009)
El menisco medial tiene forma de C y mide aproximadamente 3 cm de ancho y 4-5 cm de largo. El cuerno posterior del menisco es mayor que su porción anterior. El cuerno medial está generalmente unido a la tibia. El cuerno anterior está suelto en el 3-14% de la población. En general, el menisco medial tiene una buena fijación capsular a través de los ligamentos coronarios.

El menisco lateral tiene forma de semicírculo y presenta una superficie tibial mayor que el menisco medial. Mide aproximadamente 3 cm de ancho y 3-4 cm de largo y está unida a la tibia por delante y por detrás. La fijación ligamentosa del menisco lateral está menos desarrollada, lo que le confiere más libertad de movimiento que el menisco medial.

Las lesiones de menisco se producen principalmente por la rotación de una rodilla flexionada hacia la extensión(Bansal et al. 2002).
Todos los movimientos que pueden provocar lesiones de ligamentos en la rodilla también pueden causar lesiones de menisco(Solomon et al. 2002). Por este motivo, las roturas de menisco suelen ir acompañadas de roturas del ligamento cruzado anterior (LCA). En las lesiones agudas, el menisco lateral se desgarra con más frecuencia que su homólogo medial(Smith et al. 2001). Por otra parte, el menisco medial se desgarra con mayor frecuencia en pacientes con rodillas con insuficiencia crónica del LCA que sufren un nuevo traumatismo(Murrel et al. 2001, Keene et al. 1993, Irvine et al. 1992).
Estos diferentes escenarios también conducen a una diferente localización y tipo de rotura: En el caso de una rotura de menisco medial (con una rotura crónica del LCA) se observan con más frecuencia roturas periféricas en el asta dorsal y con una rotura de menisco lateral (en el caso de una rotura aguda del LCA) se observan más roturas en el asta dorsal o en el tercio medio lateral. (Shelbourne et al. 1991, Thompson et al. 1993, Smith et al. 2001).
Los meniscos pueden dañarse por un traumatismo agudo o por una sobrecarga prolongada. Los desgarros parciales o totales del menisco medial o lateral se clasifican a su vez en:

- Los desgarros verticales/longitudinales pueden evolucionar a desgarros en asa de cubo.
- Los desgarros radiales/transversales pueden evolucionar a desgarros en pico de loro.
- Los desgarros horizontales pueden evolucionar a desgarros del colgajo

 

Epidemiología

La incidencia de una lesión de menisco que se presenta al médico generalista se estima en 2 de cada 1.000 pacientes al año, con una proporción hombre:mujer de 2,5:1(Belo et al. 2010). En un estudio prospectivo de cohortes realizado en un centro de atención primaria de los Países Bajos, se diagnosticó una rotura de menisco en el 35% de los pacientes de entre 18 y 65 años con una lesión aguda de rodilla. En el mismo estudio, el 11% presentaba una rotura combinada de LCA y menisco, mientras que el 9% presentaba una rotura combinada de ligamento colateral medial y menisco(Kastelein et al. 2008).
Mientras que los desgarros traumáticos suelen producirse en la periferia de los meniscos y se observan en pacientes menores de 30 años, los patrones más complejos y degenerativos tienden a producirse en adultos mayores (Poehling et al. 1990).

Cabe mencionar que las anomalías del menisco observadas en la RM parecen ser también muy frecuentes en la población asintomática.
En un estudio de Beattie et al. (2005) 43 de 44 individuos asintomáticos con una edad media de 41,1 años (rango de edad de 20 a 68 años) mostraron al menos una anomalía meniscal.
27 individuos (61,4%) presentaban anomalías en al menos tres de las cuatro regiones de la rodilla.

Es importante añadir que los desgarros meniscales pueden provocar osteoartritis (OA) de rodilla, pero la OA de rodilla también puede provocar un desgarro meniscal espontáneo a través de la descomposición y el debilitamiento de la estructura meniscal(Englund et al. 2009). Aunque la prevalencia de roturas de menisco es muy alta en individuos asintomáticos, Bhattacharyya et al. (2003) hallaron una frecuencia significativamente mayor de roturas meniscales en individuos con OA sintomática. Además, un estudio de Hunter et al. (2006) encontró un fuerte asociación entre meniscal daños y cartílago pérdida.

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Cuadro clínico y exploración

Una lesión de menisco puede causar dolor y edema y un bloqueo de la rodilla durante la flexión y la extensión.
La probabilidad de que se produzca una lesión de menisco aumenta en caso de que el paciente tenga más de 40 años y haya sufrido un traumatismo por rotación durante la carga de peso de la rodilla, lo que imposibilita la continuación de la actividad. Además, una sensación de chasquido durante el traumatismo hace más probable una rotura meniscal(Wagemakers et al. 2008).

Otros signos y síntomas clínicos son (Décary et al. 2018, Wagemakers et al. 2008), :

- Localización aislada del dolor medial o difuso de rodilla
- Dolencia de rodilla de aparición progresiva en desgarros de menisco degenerativos
- Dolor de leve a intenso al pivotar sobre la rodilla durante las actividades cotidianas o deportivas
- Hinchazón articular 12-24 horas después del traumatismo
- Sensibilidad en la línea articular
- Reducción de la AROM
- Dolor en los rangos finales de movimiento

 

Examen físico

Shrier et al. (2010) sostienen que la exploración física de las roturas de menisco es diferente de las pruebas diagnósticas, ya que las roturas de menisco son de naturaleza heterogénea, por ejemplo, roturas posteriores frente a anteriores. Por lo tanto, los autores razonan que no se debe confiar en los valores de sensibilidad y especificidad para las lesiones de menisco, sino que la elección de las pruebas físicas debe basarse más bien en la lógica subyacente a cómo las diferentes pruebas estresan las diferentes partes del menisco.

Otra prueba muy común para diagnosticar las roturas de menisco es la prueba de Appley:

Otras pruebas ortopédicas para evaluar el dolor patelofemoral son:

EL PAPEL DE LA VMO Y LOS QUADS EN LA PFP

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Tratamiento

La meniscectomía o reparación quirúrgica parcial del menisco es una de las cirugías ortopédicas más frecuentes en todo el mundo. Sin embargo, en las últimas décadas, este procedimiento ha sido objeto de críticas, ya que varios ensayos controlados aleatorizados han mostrado resultados igualmente satisfactorios con el tratamiento conservador. Además, Sihvonen et al realizaron un ensayo aleatorizado en el que compararon la meniscectomía parcial artroscópica con la cirugía simulada, que no mostró diferencias y sí un riesgo ligeramente mayor de desarrollar OA de rodilla 5 años después de la cirugía. Deja que lo asimile por un momento.

Así pues, el tratamiento conservador de las roturas de menisco descrito en la bibliografía suele consistir en una combinación de ejercicios de calentamiento, amplitud de movimiento, fuerza y control articular/propiocepción realizados durante 2 ó 3 sesiones a la semana a lo largo de 12 semanas. Estas sesiones fueron supervisadas o realizadas de forma independiente por el paciente. Se evaluó a los pacientes con medidas de resultados validadas, como la KOOS, la puntuación de rodilla de Lysholm, la escala de actividad de Tegner y mediciones isocinéticas de la fuerza.

Presentaremos un par de progresiones de ejercicios para cada dominio:

Asegúrese de identificar las necesidades específicas de su paciente. Por ejemplo, para algunas personas, una estocada puede ser necesaria para su ADL o el trabajo por lo que incorporaría estos en su formación también. Esta es también una larga lista de ejercicios y no debemos abrumar a nuestros pacientes con una tonelada de ejercicios. Limítese a un mínimo de 3-5 ejercicios.

¿Qué ocurre con los pacientes con síntomas mecánicos como bloqueo o enganche de la rodilla?
Sihvonen et al. (2016) compararon los resultados de 900 pacientes consecutivos con enfermedad degenerativa de rodilla sintomática y rotura de menisco sometidos a meniscectomía parcial artroscópica. A continuación, compararon los resultados de los pacientes con enclavamiento o bloqueo mecánico de rodilla y los pacientes sin síntomas mecánicos. Sorprendentemente y en evidente contraste con el consenso imperante y la mayoría de las recomendaciones de las directrices, el estudio indica que un autoinforme preoperatorio de síntomas mecánicos se asocia en realidad con un resultado menos favorable de la cirugía que la ausencia de estos síntomas. De todos los pacientes con síntomas mecánicos, el bloqueo o enganche sólo se alivió en el 53%. Al mismo tiempo, el 11% de los pacientes sin síntomas mecánicos previos experimentaron bloqueo o enganche tras la intervención.
Una de las principales conclusiones del estudio fue que los síntomas mecánicos eran más frecuentes en los pacientes con OA de rodilla. Estos datos sugieren que los síntomas mecánicos son en realidad atribuibles a la degeneración general de la rodilla, más que a una lesión distinta como una rotura de menisco degenerativa.

En un reciente artículo publicado en el British Journal of Sports Medicine por Thorlund et al. (2018), los autores sintetizaron la evidencia actual y afirman que las intervenciones de ejercicio tuvieron efectos similares en la reducción del dolor y la mejora de la función en comparación con la cirugía en los desgarros degenerativos. Las pruebas de alta calidad no mostraron ningún efecto clínicamente relevante de la cirugía, además del ejercicio, sobre el dolor y la función en el grupo con desgarros degenerativos. Por este motivo, la terapia de ejercicio debe ser el tratamiento de elección para los pacientes de mediana edad y mayores con lesiones degenerativas de menisco.
La terapia de ejercicio progresivo, consistente en ejercicios neuromusculares y de fuerza para las extremidades inferiores, principalmente el cuádriceps, y realizada 2-3 veces por semana durante 12 semanas, ha demostrado ser eficaz en pacientes de mediana edad con rotura de menisco degenerativa(Kise et al. 2016). Aunque la eficacia de un programa de ejercicios para pacientes jóvenes menores de 40 años con desgarros traumáticos de menisco todavía tiene que demostrar su eficacia, el enfoque general del ejercicio no es diferente en comparación con el de los desgarros degenerativos.

 

Referencias

Bansal, P., Deehan, D. J., & Gregory, R. J. H. (2002). Diagnóstico de la rodilla agudamente bloqueada. Lesiones, 33(6), 495-498.

Beattie, K. A., Boulos, P., Pui, M., O'Neill, J., Inglis, D., Webber, C. E., & Adachi, J. D. (2005). Anomalías identificadas en las rodillas de voluntarios asintomáticos mediante resonancia magnética periférica. Osteoartritis y cartílago, 13(3), 181-186.

Belo, J. N., Berg, H. F., Ikkink, A. K., & Wildervanck-Dekker, C. M. J. (2010). NHG-standaard traumatische knieproblemen. Huisarts Wet, 54(3), 147-158.

Bhattacharyya, T., Gale, D., Dewire, P., Totterman, S., Gale, M. E., Mclaughlin, S., ... & Felson, D. T. (2003). The Clinical Importance Of Meniscal Tears Demonstrated By Magnetic Resonance Imaging In Osteoarthritis Of The Knee☆. JBJS, 85(1), 4-9.

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Hunter, D. J., Zhang, Y. Q., Niu, J. B., Tu, X., Amin, S., Clancy, M., ... & Felson, D. T. (2006). La asociación de los cambios patológicos meniscales con la pérdida de cartílago en la osteoartritis sintomática de rodilla. Arthritis & Rheumatism, 54(3), 795-801.

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Kastelein M, Wagemakers H, Luijsterburg P, Berger M, Koes B, Bierma-Zeinstra S. De waarde van anamnese en lichamelijk onderzoek bij het diagnosticeren van traumatisch knieletsel. Huisarts en wetenschap. 2008 Nov 1;51(11):528-35.

Kise, N. J., Risberg, M. A., Stensrud, S., Ranstam, J., Engebretsen, L., & Roos, E. M. (2016). Exercise therapy versus arthroscopic partial meniscectomy for degenerative meniscal tear in middle aged patients: randomised controlled trial with two year follow-up. bmj, 354, i3740.

Keene, G. C., Bickerstaff, D., Rae, P. J., & Paterson, R. S. (1993). Historia natural de las roturas meniscales en la insuficiencia del ligamento cruzado anterior. The American journal of sports medicine, 21(5), 672-679.

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Thorlund JB, Juhl CB, Ingelsrud LH, Skou ST. Risk factors, diagnosis and non-surgical treatment for meniscal tears: evidence and recommendations: a statement paper commissioned by the Danish Society of Sports Physical Therapy (DSSF). Br J Sports Med. 2018 Mayo 1;52(9):557-65.

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