Desenmascarar el dolor de piernas inducido por el ejercicio: Diagnóstico diferencial clave

"Sólo tienes que empujar a través de él."
Estas cuatro palabras han causado probablemente más contratiempos en los planes de entrenamiento que cualquier lesión. Como fisioterapeuta especializado en las extremidades inferiores, he visto a innumerables corredores llegar cojeando a mi consulta, con el rostro marcado por una mezcla de dolor y frustración, cada uno de ellos contando una historia similar sobre cómo intentaron "quitárselo de encima" o "superarlo".
El dolor de piernas inducido por el ejercicio (DPEE) no es una simple molestia, sino un problema que afecta a todo el mundo, desde los deportistas de élite hasta los guerreros de fin de semana. Investigaciones recientes sugieren que hasta el 82,4% de los deportistas experimentan algún tipo de EILP a lo largo de su carrera, y sin embargo sigue siendo una de las afecciones más incomprendidas y frecuentemente mal diagnosticadas.
¿Por qué? Porque la EILP no es sólo una enfermedad, sino que puede ser uno de nueve problemas distintos, cada uno con su propia huella digital de síntomas y tratamientos necesarios. Equivocarse no sólo implica un dolor prolongado, sino que puede suponer la diferencia entre una rápida reanudación de la actividad y una lesión que acabe con la temporada.
En esta guía exhaustiva, exploraremos las diversas causas de la PLEI, analizando cada afección en detalle, desde el común síndrome de estrés tibial medial (STMT) hasta el raro pero significativo síndrome de McArdle. Como profesional sanitario, comprender estas distinciones podría ser la clave para un diagnóstico precoz y un tratamiento satisfactorio de la EILP.
Un reciente estudio de Bosnina et al. (2023) presenta un marco de diagnóstico exhaustivo para el EILP en la población atlética. El estudio identificó y analizó nueve afecciones distintas que suelen causar EILP, estableciendo criterios diagnósticos claros para cada una de ellas.
En esta guía exhaustiva, exploraremos las diversas causas de la PLEI, analizando cada afección en detalle, desde el común síndrome de estrés tibial medial (STMT) hasta el raro pero significativo síndrome de McArdle. Como profesional sanitario, comprender estas distinciones podría ser la clave para un diagnóstico precoz y un tratamiento satisfactorio de la EILP.
Un reciente estudio de Bosnina et al. (2023) presenta un marco de diagnóstico exhaustivo para el EILP en la población atlética. El estudio identificó y analizó nueve afecciones distintas que suelen causar EILP, estableciendo criterios diagnósticos claros para cada una de ellas.
Principales conclusiones:
- El proceso diagnóstico requiere una combinación sistemática de anamnesis, exploración física y herramientas de investigación.
- Cada afección presenta patrones únicos, aunque algunos síntomas se solapan
- El diagnóstico diferencial es crucial para una planificación adecuada del tratamiento
Implicaciones clínicas
La investigación subraya la importancia de un diagnóstico diferencial preciso y sugiere que el diagnóstico de EILP suele ser de exclusión. Los hallazgos respaldan la necesidad de estandarizar los criterios diagnósticos para mejorar la coherencia asistencial y los resultados para los pacientes. Este marco proporciona a los clínicos un enfoque estructurado para el diagnóstico de EILP, reduciendo potencialmente la variabilidad diagnóstica y mejorando la eficacia del tratamiento.
Analicemos las nueve condiciones descritas en el informe:
- Síndrome Compartimental Crónico por Esfuerzo (CECS): Enfermedad por uso excesivo caracterizada por un aumento de la presión en los compartimentos musculares, lo que provoca dolor intenso y tirantez durante el ejercicio. Suele afectar al compartimento anterior y presentarse de forma bilateral. Los síntomas aumentan durante la actividad hasta que es necesario interrumpir el ejercicio, y luego remiten rápidamente con el reposo. El diagnóstico se confirma mediante pruebas de presión compartimental y es frecuente en atletas varones jóvenes.
- Síndrome de estrés de la tibia medial (MTSS): Se presenta como un dolor difuso a lo largo del borde posteromedial de la tibia, comúnmente conocido como "dolor de espinillas". El dolor persiste durante horas o días tras el cese de la actividad. Especialmente frecuente en corredores, bailarines y reclutas militares. El diagnóstico se basa en la historia clínica y la palpación, y a veces se recurre a la resonancia magnética para descartar otras afecciones. El dolor puede afectar significativamente a la capacidad de entrenamiento.
- Fractura tibial por estrés: Se manifiesta como un dolor localizado e insoportable en la tibia, a menudo acompañado de dolor nocturno. Suele aparecer en el tercio medio o inferior de la tibia. Requiere un tiempo de curación mínimo de 6-8 semanas con inmovilización. Es más frecuente en corredores jóvenes de entre 10 y 30 años. El diagnóstico se confirma mediante la sensibilidad localizada y pruebas específicas, que a menudo requieren pruebas de imagen para su confirmación.
- Síndrome de atrapamiento del nervio peroneo superficial (SPNES): Consiste en la compresión mecánica del nervio peroneo superficial, causando dolor de moderado a intenso y síntomas neurológicos en el compartimento anterior de la pierna. Los síntomas incluyen parestesia, entumecimiento y sensación de "piernas inquietas". Suele ser unilateral y afecta a adultos jóvenes activos. Las pruebas diagnósticas con anestesia local pueden confirmar la enfermedad.
- Desgarros miofasciales: Se presenta como una lesión aguda o crónica del tejido muscular en la interfaz entre la aponeurosis y las fibras musculares. Puede ser gravemente incapacitante y es consecuencia de un traumatismo directo o indirecto. El dolor aparece con la actividad y mejora con el reposo. El diagnóstico suele requerir ecografía dinámica o resonancia magnética, sobre todo en el caso de desgarros profundos.
- Radiculopatía lumbar: Se caracteriza por un dolor agudo e irradiado en la pierna debido a la compresión de la raíz nerviosa a nivel de la médula espinal. Los síntomas incluyen parestesia, entumecimiento y calambres espontáneos. Suele afectar a varones de entre 30 y 50 años. Puede causar restricción de movimientos y trastornos del sueño. La resonancia magnética y los estudios de conducción nerviosa ayudan al diagnóstico.
- Síndrome de atrapamiento de la arteria poplítea (PAES): Enfermedad vascular que provoca una insuficiencia arterial en la extremidad afectada. Presenta dolor en las piernas, poiquilotermia y claudicación intermitente en el compartimento posterior. Suele ser unilateral y afecta a corredores jóvenes. Para el diagnóstico se utilizan diversas técnicas de imagen, como la resonancia magnética, la angiografía por tomografía computarizada y la ecografía tras provocación con ejercicio.
- Síndrome de McArdle: Miopatía metabólica autosómica recesiva que causa dolor, tirantez y letargo en múltiples compartimentos musculares. Provoca rabdomiólisis inducida por el ejercicio debido a la deficiencia de fosforilasa muscular. Diagnóstico confirmado mediante pruebas genéticas, análisis de sangre y biopsia muscular. Afección de larga duración que requiere un tratamiento cuidadoso.
- Síndrome del músculo sóleo accesorio/bajo (ALLSMS): Una variante anatómica poco frecuente que causa inflamación de los tejidos blandos y posible compresión nerviosa. Puede simular el síndrome del túnel tarsiano y el síndrome compartimental. Los síntomas incluyen dolor durante la actividad y síntomas neurológicos que afectan al pie. Diagnóstico confirmado mediante resonancia magnética y ecografía. Común en adultos jóvenes activos.
Conclusión
El dolor de piernas inducido por el ejercicio representa mucho más que una simple molestia de entrenamiento o un malestar temporal. Como hemos visto, engloba nueve enfermedades distintas, cada una con su propia presentación, criterios diagnósticos y vías de tratamiento. Esta complejidad subraya por qué la mentalidad de "simplemente aguanta" puede tener consecuencias devastadoras tanto para los deportistas como para las personas activas.
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¡Muchas gracias por leer!
Salud,
Benoy
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Referencias

Benoy Mathew
MSc MAACP MCSP HPC Registrado
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