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La relación entre el ESTRÉS y la ACTIVACIÓN FÍSICA: cómo ayudar a nuestros pacientes a nivel psicosocial durante la consulta de Fisioterapia.

ESTRÉS y ACTIVACIÓN FÍSICA

La idea de que el cuerpo y la mente son dos entidades separadas ya viene de lejos. Aunque antes se creía que las emociones y las funciones corporales no estaban relacionadas, en el último siglo la opinión predominante ha cambiado. En la actualidad, está ampliamente aceptado que los órganos del cuerpo funcionan como un sistema interconectado, influyéndose continuamente unos a otros. Cuando una parte se ve afectada, el resto responde del mismo modo, de forma parecida a cómo tirar de un extremo de una red estira el otro (Walker, 1956).

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En la práctica comunitaria, es frecuente que los pacientes se presenten con una amplia gama de síntomas, de los cuales entre el 25 y el 50% permanecen sin explicación médica (Burton, 2003; Escobar et al., 2010; Olde Hartman et al., 2009). El vínculo entre los síntomas médicamente inexplicables y los factores psicosociales, como la angustia, la ansiedad o la depresión, está claramente descrito tanto en la CIE-10 (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2019) como en el DSM-5 (Asociación Americana de Psiquiatría [APA], 2013). Como resultado, las directrices internacionales de Fisioterapia para el manejo de afecciones como el DOLOR ESPALDA LUMBAR recomiendan el CRIBADO y la EVALUACIÓN DE LOS FACTORES PSICOSOCIALES (Delitto et al., 2012), señalando que:

Los factores psicosociales parecen desempeñar un papel pronóstico más importante que los factores físicos en el dolor de espalda lumbar. Existen algunas revisiones que cuestionan si los cambios en las variables de comportamiento y las reducciones de la discapacidad que facilitan una mejoría de la función, pueden ser más importantes que los factores de rendimiento físico para el éxito del tratamiento del DOLOR CRÓNICO LUMBAR''.

Diagrama biopsicosocial

 

Figura 1: el modelo biopsicosocial, que muestra la interacción entre diferentes factores para el bienestar(https://www.hgi.org.uk/news/latest-news/alarming-hijacking-biopsychosocial-model)

La mayoría de las directrices modernas de fisioterapia adoptan un modelo biopsicosocial, que hace hincapié en la interacción continua entre factores biológicos (como la genética), psicológicos (como el malestar) y sociales (como el apoyo social). Aunque la importancia de los factores psicosociales en el proceso de recuperación está bien documentada, aún no existen recomendaciones específicas para los profesionales clínicos sobre cómo abordar eficazmente estos aspectos en el tratamiento. Entonces, ¿qué papel pueden desempeñar los fisioterapeutas en el tratamiento de los trastornos psicosociales?

Actividad física y factores psicosociales

Investigaciones anteriores han demostrado los beneficios significativos de la actividad física sobre la angustia, la ansiedad y la depresión (Rebar et al., 2015; Schuch et al., 2019). Algunos estudios sugieren incluso que los beneficios de las intervenciones de ACTIVIDAD FÍSICA son comparables a los de la psicoterapia y la farmacoterapia, con ventajas adicionales en términos de coste, efectos secundarios y otros beneficios para la salud.

Los beneficios para la salud mental de la ACTIVIDAD FÍSICA pueden rivalizar con los de la psicoterapia o los medicamentos, sin sus efectos secundarios.

Una visión general de las revisiones de Singh et al. (2023), que combinó datos de 1.039 ensayos y 128.119 participantes, examinó el impacto de las intervenciones de actividad física sobre la angustia, la ansiedad (Figura 2) y la depresión (Figura 3). Los resultados revelaron que las intervenciones de ACTIVACIÓN FÍSICA fueron eficaces en el control de los factores psicosociales en diversas poblaciones, incluyendo individuos sanos, personas con trastornos de salud mental, pacientes con cáncer y aquellos con esclerosis múltiple, entre otros. Las intervenciones incluyeron entrenamiento de fuerza, entrenamiento de resistencia, yoga, estiramientos y modalidades mixtas. Todas estas intervenciones resultaron eficaces, aunque los ejercicios de resistencia fueron los que más influyeron en la depresión, mientras que el yoga y otros ejercicios mentales resultaron más eficaces para reducir la ansiedad. En general, el entrenamiento de intensidad moderada y alta resultó ser más beneficioso que el de baja intensidad.

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Figura 2: RESULTADOS DEL META-ANÁLISIS QUE EVALUÓ LOS SÍNTOMAS DE ANSIEDAD MEDIANTE DIFERENCIAS MEDIAS ESTANDARIZADAS

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Figura 3: RESULTADOS DEL META-ANÁLISIS QUE EVALUÓ LOS SÍNTOMAS DE ANSIEDAD MEDIANTE DIFERENCIAS MEDIAS ESTANDARIZADAS

Una de las principales características de estas intervenciones es que suelen realizarse en grupo. En una época en la que la soledad es un reto social cada vez mayor, especialmente entre la población de edad avanzada, el compromiso social ha adquirido una importancia creciente (Pels et al., 2016). La investigación ha demostrado que el aislamiento social puede tener importantes efectos negativos tanto en la salud mental como en la física, lo que hace aún más vital el papel de las actividades sociales. Los estudios psicológicos han demostrado que el ejercicio en grupo puede ser una intervención eficaz para aliviar la soledad, y algunas investigaciones indican que puede ser tan eficaz como la terapia psicológica de grupo para reducir los sentimientos de aislamiento y mejorar el bienestar emocional (Savikko et al., 2010).

El Movimiento es Medicina, y la comunidad es parte de la dosis.

Además, el ejercicio en grupo no sólo proporciona los beneficios físicos del movimiento, sino que también fomenta un sentimiento de comunidad y pertenencia (Golaszewski et al., 2023). Estas interacciones sociales pueden aumentar la autoestima, mejorar el estado de ánimo y crear un sistema de apoyo que contribuye a mejorar la salud mental en general. Para las personas que padecen afecciones crónicas, como trastornos de salud mental o discapacidades físicas, el apoyo social adicional que ofrecen los grupos puede mejorar la motivación, el cumplimiento del tratamiento y los resultados de la RECUPERACIÓN. Por ello, la integración de elementos sociales en las intervenciones de actividad física puede mejorar significativamente su eficacia a la hora de promover el bienestar tanto físico como mental.

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Implicaciones prácticas

Los fisioterapeutas ocupan una posición privilegiada para ayudar a los pacientes no sólo en su recuperación física, sino también a mejorar su bienestar psicosocial. Aunque el movimiento sigue siendo nuestra herramienta principal, la integración de las consideraciones psicosociales en la práctica diaria no requiere un cambio radical en el alcance, sino que implica pequeños cambios significativos en nuestro enfoque de la interacción con el paciente y la planificación de la intervención.

Los profesionales clínicos pueden empezar por crear un entorno seguro y de validez en el que los pacientes se sientan cómodos para hablar de sus problemas emocionales o psicosociales. Unas estrategias de comunicación sencillas, como la escucha activa, las preguntas abiertas y la reflexión empática, pueden fomentar la compenetración y la confianza. Por ejemplo, preguntar: "¿Cómo afronta sus síntomas día a día?" o "¿Qué es lo que más le preocupa de su afección?" puede revelar factores de estrés emocional o social que contribuyen a que el paciente experimente dolor o discapacidad. Es importante comunicarse abiertamente con el paciente sobre este tema para asegurarse de que se siente cómodo compartiendo sus pensamientos y sentimientos.

Además, pueden utilizarse técnicas de entrevista motivacional para fomentar el cambio de comportamiento explorando los valores y objetivos del propio paciente. En lugar de prescribir ejercicios genéricos, se puede preguntar: "¿De qué tipo de actividad física ha disfrutado en el pasado?" o "¿Qué le permitiría hacer ahora que echa de menos?", para ayudar a los pacientes a volver a conectar con sus objetivos personales. Por último, en los casos complejos de grave gravedad o disfunción social, los fisioterapeutas pueden desempeñar un papel importante en un equipo multidisciplinar. La derivación oportuna a servicios psicológicos o sociales puede garantizar que el paciente reciba un apoyo integral y completo.

5 Consejos prácticos para gestionar los factores biopsicosociales en la práctica

  1. Utilice preguntas abiertas para explorar los retos psicosociales (por ejemplo, "¿Qué es lo que le resulta más difícil de su afección?"). La comunicación abierta con respecto a los factores estresantes puede ser muy significativa; sin embargo, no intente sustituir a un psicólogo entrando demasiado en detalles, antecedentes o traumas psicológicos.
  2. Colabore con otros profesionales cuando los problemas psicosociales queden fuera de su ámbito: las derivaciones no son un signo de fracaso, sino de atención centrada en el paciente.
  3. Animar a los pacientes a cumplir las directrices de actividad física de la Organización Mundial de la Salud(150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad vigorosa a la semana), haciendo hincapié en los beneficios para la salud tanto mentales como físicos. En la medida de lo posible, adapte los tipos de actividad a los síntomas: recomiende el entrenamiento de fuerza para las dolencias relacionadas con la depresión y el yoga u otros ejercicios mentales para la ansiedad y la angustia.
  4. Fomentar la participación en clases de grupo o actividades basadas en la comunidad para la motivación, la adherencia y el apoyo social.
  5. Utilice metáforas para explicar la conexión entre el Estrés y el Dolor si eso impide que el paciente sea físicamente activo (''Su sistema nervioso es como una alarma de humo demasiado sensible: se dispara al menor indicio de vapor, no sólo con el fuego real'').

Aplicando estas estrategias, los fisioterapeutas pueden ir más allá del modelo biomecánico y convertirse en agentes de cambio tanto en la salud física como mental de sus pacientes.

Conclusiones

Aunque las directrices internacionales de fisioterapia abogan por un enfoque biopsicosocial de la comprensión del cuerpo, las recomendaciones de tratamiento específicas para abordar los factores psicosociales siguen siendo limitadas. Aunque los fisioterapeutas psicosomáticos utilizan con frecuencia intervenciones como técnicas de respiración y ejercicios de relajación, el fisioterapeuta medio también puede desempeñar un papel importante en la gestión de estos factores.

El campo de la fisioterapia ha experimentado un cambio en las últimas décadas, pasando de un tratamiento predominantemente práctico a un enfoque centrado en el tratamiento con ejercicios y la educación. Aunque las directrices han pasado formalmente de un enfoque puramente centrado en el cuerpo a la incorporación del modelo biopsicosocial, todavía hay un margen considerable para mejorar la forma en que educamos y apoyamos a los pacientes en la gestión de su bienestar tanto físico como psicosocial. Si creemos en la existencia del modelo biopsicosocial para explicar los procesos del organismo, quizá deberíamos actuar en consecuencia.

Referencias

Asociación Psiquiátrica Americana. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed.). Asociación Psiquiátrica Americana.

Burton, C. (2003). Más allá de la somatización: Una revisión de la comprensión y el tratamiento de los síntomas físicos médicamente inexplicables (MUPS). British Journal of General Practice, 53(488), 231-239. https://doi.org/10.3399/09601640320016696

Delitto, A., George, S. Z., Van Dillen, L., Whitman, J. M., Sowa, G., Shekelle, P., Denninger, T. R., & Godges, J. J. (2012). DOLOR DE ESPALDA LUMBAR. Revista de Fisioterapia Ortopédica y del Deporte, 42(4), A1-A57. https://doi. org/10.2519/jospt.2012.42.4.A1

Escobar, J. I., Cook, B., Chen, C. N., Gara, M. A., Alegría, M., Interian, A., & Diaz, E. (2010). Con o sin explicación médica, tres o más síntomas somáticos concurrentes predicen la psicopatología y el uso de servicios en poblaciones comunitarias. Journal of Psychosomatic Research, 69(1), 1-8. https://doi.org/10.1016/j.jpsychores.2009.12.001

Golaszewski, N. M., LaCroix, A. Z., Hooker, S. P., & Bartholomew, J. B. (2022). La pertenencia a grupos de ejercicio se asocia con formas de apoyo social, identidad de ejercicio y cantidad de actividad física. International Journal of Deporte and Exercise Psychology, 20(2), 630-643. https://doi.org/10.1080/1612197X.2021.1891121

Olde Hartman, T. C., Borghuis, M. S., Lucassen, P. L., van de Laar, F. A., Speckens, A. E., & van Weel, C. (2009). Síntomas médicamente inexplicables, trastorno de somatización e hipocondriasis: Evolución y pronóstico. Una revisión sistemática. Journal of Psychosomatic Research, 66(5), 363-377. https://doi.org/10.1016/j.jpsychores.2008.10.003

Pels, F., y Kleinert, J. (2016). Soledad y actividad física: Una revisión sistemática. Revista Internacional de Psicología del Deporte y del Ejercicio, 9(1), 231-260. https://doi.org/10.1080/1750984X.2015.1061057

Rebar, A. L., Stanton, R., Geard, D., et al. (2015). Un meta-meta-análisis del efecto de la actividad física sobre la depresión y la ansiedad en poblaciones adultas no clínicas. Revista de Psicología de la Salud, 9, 366-378. https://doi.org/10.1080/17437199.2015.1072149

Savikko, N., Routasalo, P., Tilvis, R., & Pitkälä, K. (2010). Rehabilitación psicosocial en grupo para personas mayores solas: Procesos favorables y factores mediadores de la intervención que conducen al alivio de la soledad. International Journal of Older People Nursing, 5(1), 16-24. https://doi.org/10.1111/j.1748-3743.2009.00202.x

Schuch, F. B., Stubbs, B., Meyer, J., et al. (2019). La ACTIVIDAD FÍSICA protege de la ansiedad por incidencias: Un metaanálisis de estudios prospectivos de cohortes. Depresión y Ansiedad, 36, 846-858. https://doi.org/10.1002/da.22915

Singh, B., Olds, T., Curtis, R., et al. (2023). Eficacia de las intervenciones de actividad física para mejorar la depresión, la ansiedad y la angustia: Una visión general de las revisiones sistemáticas. British Journal of Sports Medicina, 57, 1203-1209. https://doi.org/10.1136/bjsports-2022-106300

Walker, N. (1956). Definición de trastorno psicosomático. The British Journal for the Philosophy of Science, 6(24), 265-299. https://doi.org/10.1093/bjps/VI.24.265

Organización Mundial de la Salud. (2019). Clasificación internacional de enfermedades y problemas de salud relacionados (10ª ed.). Organización Mundial de la Salud.

Guus Rothuizen es periodista científico y fisioterapeuta especializado en ciencias del movimiento humano. Se especializa en traducir conocimientos científicos complejos en artículos accesibles, centrándose en la salud física y mental, y en la conexión entre ambas. Guus trabajó anteriormente como investigador en neurorrehabilitación y aprendizaje motor, y ahora compagina el trabajo clínico con el periodismo. En la práctica, se centra en la rehabilitación activa, el cambio de estilo de vida a largo plazo y el equilibrio entre la carga física y mental.
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