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Afección Dolor de cabeza 23 Feb 2023

Cefalea en racimos | Diagnóstico y tratamiento Todo lo que debe saber

Cefalea en racimos | Diagnóstico y tratamiento Todo lo que debe saber

Cefalea en racimos | Diagnóstico y tratamiento Todo lo que debe saber

Introducción y epidemiología

Las cefaleas pueden manifestarse por sí solas, pero también son un síntoma muy frecuente en los pacientes con dolor de cuello, ya que más del 60% de los pacientes con una queja primaria de dolor de cuello declaran tener episodios concordantes de dolor de cuello. Por lo tanto, es esencial averiguar qué tipo de cefalea padece el paciente.

Para empezar, diferenciemos entre dolores de cabeza primarios y secundarios. Pero, ¿qué significa esto? En pocas palabras, las cefaleas primarias son una "enfermedad en sí", mientras que, en las secundarias, el dolor de cabeza es un síntoma de otra afección. Así pues, las cefaleas primarias serían las migrañas, las cefaleas tensionales y las cefaleas en racimo. Las cefaleas de tipo secundario son dolores de cabeza causados por tumores, hemorragias, otros traumatismos, disfunción de la ATM, sobredosis de sustancias o también conocidas como cervicalgias. La cefalea cervicogénica.

Veamos ahora más de cerca las cefaleas en racimo, que son tipos primarios de dolores de cabeza.
Fischera et al. (2008) realizaron un metaanálisis para evaluar la prevalencia de la cefalea en racimos a lo largo de la vida y hallaron cifras bajas del 0,12%, con una prevalencia a 1 año de 53 por 100.000 personas, y la proporción global de sexos fue de 4,3 (hombre/mujer). La cefalea en racimos tuvo una prevalencia de 1 año del 0,054% entre la población en edad laboral en una cohorte sueca(Manzoni et al. 2019)

Epidemiología

La siguiente figura muestra la prevalencia de las cefaleas en los distintos continentes del mundo:

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Cuadro clínico y exploración

Para que una cefalea pueda calificarse de cefalea en racimos debe cumplir ciertos criterios(ICHD-III):

A. Al menos cinco ataques deben cumplir los criterios B-D

B. Un episodio no tratado dura entre 15 y 180 minutos y muestra un dolor orbital, supraorbital y/o temporal unilateral grave o muy grave

C. Coincide con uno o ambos de los siguientes:

  1. al menos uno de los signos y síntomas siguientes, ipsilateral a la cefalea
    - inyección conjuntival y/o lagrimeo
    - congestión nasal y/o rinorrea
    - edema palpebral - sudoración frontal y facial
    - miosis y/o ptosis
  2. una sensación de inquietud o agitación. Hay informes de pacientes que se pasean de un lado a otro de la habitación, golpeándose la cabeza debido al intenso dolor.

D. Se produce con una frecuencia entre uno cada dos días y 8 al día

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Tratamiento

El tratamiento de la cefalea en racimos consiste en medicación, inyecciones/bloqueos del nervio suboccipital o estimulación intracraneal. Podemos distinguir entre el tratamiento del ataque agudo y el tratamiento preventivo como dos facetas del tratamiento de la cefalea en racimos. Lamentablemente, en la actualidad no existen opciones para que los fisioterapeutas traten a los pacientes con cefaleas en racimos.
Actualmente, sólo se ha publicado un estudio de caso sobre la combinación de neuroestimulación endógena y fisioterapia(Navarro-Fernández et al. 2019).

Agudo

La oxigenoterapia al 100% es posiblemente el método más conocido para tratar las cefaleas en racimos(Obermann et al. 2015). En comparación con otros tipos de cefaleas, las cefaleas en brotes son la única afección para la que esta estrategia es una recomendación de nivel A. Un mínimo del 66% de los pacientes se benefician de la oxigenoterapia. Tarda menos de diez minutos en hacer efecto. El uso de oxígeno no tiene riesgos ni efectos adversos, por lo que es una gran opción de tratamiento. Lamentablemente, los seguros no suelen cubrir la oxigenoterapia para las cefaleas en brotes, que puede ser difícil de obtener.

La única otra terapia de nivel A indicada son los triptanes. La administración subcutánea de sumatriptán o en aerosol nasal de zolmitriptán son dos opciones(May et al. 2006). Si no se toleran las inyecciones subcutáneas, pueden administrarse triptanes intranasales en el lado opuesto al dolor de cabeza. El sumatriptán intranasal (20 mg) y el zolmitriptán intranasal (5 mg) son dos opciones. Como el periodo de aparición de los medicamentos orales, en cualquiera de sus formas, suele ser más largo que el dolor de cabeza, no se aconsejan.

Los tratamientos alternativos incluyen octreotida, ergotamina y lidocaína intranasal (con una respuesta notificada del 33%)(Matharu et al. 2004). Lamentablemente, la resistencia a la medicación se desarrolla en el 10% al 20% de las personas con cefaleas en racimos graves. Se debe aconsejar a los pacientes que se mantengan alejados de los factores desencadenantes, especialmente el alcohol. Se debe instar a los pacientes a que dejen de fumar, aunque no hay pruebas que indiquen que hacerlo reduzca la probabilidad de padecer cefaleas.

Medicina preventiva

Se aconseja el bloqueo suboccipital en el único nivel A como método para evitar la cefalea en racimos. Los efectos secundarios negativos incluyen dolor temporal en el lugar de la inyección y leves dolores de cabeza, ambos no significativos.
El medicamento profiláctico prescrito con más frecuencia es el verapamilo(mayo de 2003).
Para los pacientes con cefaleas en racimos persistentes y los que sufren cefaleas en racimos episódicas durante al menos dos meses, se aconseja como primera línea de tratamiento preventivo(Obermann et al. 2015).

Para las cefaleas en racimos episódicas y persistentes, el verapamilo, que es útil como medicación preventiva, se inicia con 240 mg una vez al día(Leone et al. 2000). Se aconseja realizar ECG rutinarios para comprobar la salud cardiaca del paciente mientras esté tomando este medicamento. El verapamilo tiene un nivel de recomendación C, a pesar de ser ampliamente utilizado por los profesionales sanitarios.

A los pacientes con cefaleas en racimos episódicas y periodos activos de cefaleas en racimos que ocurren con poca frecuencia y duran menos de dos meses se les aconseja tomar glucocorticoides como tratamiento preventivo. Un estudio reveló que el 70-80% de los pacientes respondían al tratamiento(Ekbom et al. 2002). Sin embargo, no se administran durante más tiempo cuando las terapias alternativas son eficaces, ya que tienen graves efectos negativos a largo plazo. Son especialmente útiles cuando otros tratamientos preventivos tardan en empezar a hacer efecto. No existe ningún régimen que haya demostrado ser superior a los demás. La prednisona oral de 60 a 100 mg una vez al día durante cinco días o más, con una reducción de la dosis diaria de 10 mg, es uno de estos regímenes. Es posible combinar formulaciones orales e intravenosas(Mir et al. 2003).

El litio, el ácido valproico, la melatonina y la capsaicina intranasal son algunas opciones farmacéuticas más(Ekbom et al. 2002).

Los efectos de la estimulación eléctrica se han estudiado ampliamente. El ganglio esfenopalatino, el occipital y el nervio vago son algunas de las zonas que se estimulan. El hipotálamo se ha beneficiado enormemente de la estimulación cerebral profunda, que ha resultado especialmente eficaz en el tratamiento de pacientes farmacorresistentes(Fontaine et al. 2010). Un dispositivo no implantado puede ofrecer la opción de estimulación del nervio vago(Goadsby et al. 2018).

¿Quieres saber más sobre las cefaleas? A continuación, consulte nuestros siguientes blogs y reseñas de investigación:

 

Referencias

Ekbom, K., y Hardebo, J. E. (2002). Cefalea en racimos: etiología, diagnóstico y tratamiento. Drogas, 62, 61-69.

Fischera, M., Marziniak, M., Gralow, I., & Evers, S. (2008). Incidencia y prevalencia de la cefalea en racimos: metaanálisis de estudios poblacionales. Cefalalgia, 28(6), 614-618.

Fontaine, D., Lanteri-Minet, M., Ouchchane, L., Lazorthes, Y., Mertens, P., Blond, S., ... & Lemaire, J. J. (2010). Localización anatómica de electrodos eficaces de estimulación cerebral profunda en la cefalea en racimos crónica. Brain, 133(4), 1214-1223.

Goadsby, P. J., de Coo, I. F., Silver, N., Tyagi, A., Ahmed, F., Gaul, C., ... & Ferrari, M. D. (2018). Non-invasive vagus nerve stimulation for the acute treatment of episodic and chronic cluster headache: a randomized, double-blind, sham-controlled ACT2 study. Cefalalgia, 38(5), 959-969.

Leone, M., D'amico, D., Frediani, F., Moschiano, F., Grazzi, L., Attanasio, A., & Bussone, G. (2000). Verapamil in the prophylaxis of episodic cluster headache: a double-blind study versus placebo. Neurology, 54(6), 1382-1385.

Manzoni, G. C., Camarda, C., Genovese, A., Quintana, S., Rausa, F., Taga, A., & Torelli, P. (2019). Cefalea en racimos en relación con diferentes grupos de edad. Ciencias Neurológicas, 40, 9-13.

Matharu, M. S., Levy, M. J., Meeran, K., & Goadsby, P. J. (2004). Octreotida subcutánea en la cefalea en racimos: Estudio aleatorizado cruzado doble ciego controlado con placebo. Anales de Neurología: Revista Oficial de la Asociación Americana de Neurología y la Sociedad de Neurología Infantil, 56(4), 488-494.

May, A., Leone, M., Afra, J., Linde, M., Sándor, P. S., Evers, S., & Goadsby, P. J. (2006). Directrices de la EFNS sobre el tratamiento de la cefalea en racimos y otras cefalalgias trigémino-autonómicas. European Journal of Neurology, 13(10), 1066-1077.

Mir, P., Alberca, R., Navarro, A., Montes, E., Martínez, E., Franco, E., ... & Lozano, P. (2003). Tratamiento profiláctico de la cefalea en racimos episódica con bolo intravenoso de metilprednisolona. Ciencias Neurológicas, 24, 318-321.

Navarro-Fernández, G., de-la-Puente-Ranea, L., Gandía-González, M., & Gil-Martínez, A. (2019). Neuroestimulación endógena y fisioterapia en la cefalea en racimos: un caso clínico. Ciencias del Cerebro, 9(3), 60.ISO 690

Obermann, M., Holle, D., Naegel, S., Burmeister, J., & Diener, H. C. (2015). Opciones farmacoterapéuticas para la cefalea en racimos. Opinión de expertos en farmacoterapia, 16(8), 1177-1184.

Olesen, J. (2018). Clasificación internacional de los trastornos de cefalea. The Lancet Neurology, 17(5), 396-397.

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