Ellen Vandyck
Director de Investigación
Las disfunciones sensoriomotoras son comunes después de las lesiones del LCA y pueden persistir durante mucho tiempo, incluso después de la reconstrucción y la rehabilitación, lo que contribuye a un alto riesgo de volver a lesionarse si no se tratan. Este estudio es la segunda parte del comentario clínico de Vitharana et al. (2025), que ya tratamos en una revisión de investigación anterior. Mientras que la Parte 1 se centró en la evaluación de la presencia de disfunciones sensoriomotoras en las lesiones del LCA, esta parte se centra en cómo debe producirse la rehabilitación de la disfunción sensoriomotora de las lesiones del LCA.
Al revisar la evidencia en torno a la rehabilitación de la disfunción sensoriomotora de las lesiones del LCA, los autores quieren proporcionarle los conocimientos necesarios para identificar (Parte 1) y rehabilitar estas disfunciones. Este documento está escrito como un comentario clínico que incluye un enfoque sistemático de la literatura para informar la práctica clínica. No es, sin embargo, una revisión sistemática formal con un meta-análisis de estudios primarios, que se adhiere a criterios estadísticos y metodológicos más rigurosos.
Los autores proponen dos prioridades principales para la rehabilitación de la disfunción sensoriomotora de las lesiones del LCA para gestionar eficazmente la disfunción sensoriomotora.
El comentario clínico esboza las siguientes prioridades clave para la rehabilitación de la disfunción sensoriomotora de las lesiones del LCA.
En la Rehabilitación Precozque son las primeras semanas tras la Lesión/cirugía, el DOLOR y la HINCHAZÓN provocan una reducción de la excitabilidad de la corteza motora y de los reflejos de la COLUMNA VERTEBRAL, lo que a su vez provoca una menor activación voluntaria de los cuádriceps y una pérdida de fuerza y propiocepción. Por lo tanto, la prioridad es controlar el dolor y la hinchazón alrededor de la rodilla.
Los autores proponen las siguientes modalidades para ayudar a reducir la HINCHAZÓN y el DOLOR:
Además, los autores indican las siguientes modalidades
Durante la RehabilitaciónDespués de las primeras semanas, el entrenamiento de fuerza debe ser la piedra angular de las sesiones de fisioterapia. El entrenamiento de fuerza es un estímulo eficaz para mejorar la función eferente periférica y central.
El entrenamiento propioceptivo es esencial para la rehabilitación precoz de la disfunción sensoriomotora de las lesiones del LCA y se recomienda dentro de las primeras 6 semanas de la lesión/cirugía para restaurar la función normal, reducir el riesgo de una nueva lesión y minimizar la dependencia visomotora.
Cuando el LCA se lesiona, se produce una disminución o pérdida de la información aferente, lo que contribuye al desarrollo de disfunciones sensoriomotoras. No está claro si las fibras nerviosas propioceptivas vuelven a crecer completamente en el LCA después de la Lesión y con qué rapidez ocurre esto. Por lo tanto, es especialmente importante mejorar la propiocepción de los músculos y articulaciones circundantes. El mecanismo subyacente del entrenamiento propioceptivo se centra en el uso de la información aferente somatosensorial en ausencia de visión.
Puede empezar con ejercicios de equilibrio, pero debe aumentar progresivamente la complejidad de los ejercicios a lo largo de la rehabilitación.
El comentario clínico no indicaba específicamente para qué pacientes y características de la lesión servían estas recomendaciones. Puede haber poblaciones de pacientes específicas (por ejemplo, en función de la edad, el nivel de actividad o la presencia de comorbilidades) para las que sea necesario adaptar estas estrategias de rehabilitación. Además, las lesiones pueden variar mucho; pensemos en las lesiones concomitantes del LCA y el menisco, o en los defectos del cartílago que pueden requerir otras estrategias de rehabilitación al principio (no soportar peso durante cierto tiempo, por ejemplo). Aunque las personas con lesiones concomitantes también tienen que deshacerse de las disfunciones sensoriomotoras alrededor de la rodilla, los plazos propuestos aquí pueden variar.
El Tratamiento de Rehabilitación de Fisioterapia también depende del tipo de Lesión del LCA (contacto frente a no contacto), del tratamiento inicial (cirugía frente a cuidados conservadores). El documento utiliza ejemplos de casos quirúrgicos y no quirúrgicos, pero no diferencia específicamente los métodos de rehabilitación propuestos.
El comentario se centra principalmente en los aspectos fisiológicos de la rehabilitación de la disfunción sensoriomotora del LCA. Sin embargo, factores psicológicos como el miedo a volver a lesionarse, la autoeficacia y la motivación desempeñan un papel importante en los resultados de la rehabilitación.
Aunque se trata de un comentario clínico y no de una revisión sistemática formal, sirve como publicación de opinión de expertos, sintetizando la investigación existente para su aplicación clínica. Su fuerza radica en proporcionar estrategias de evaluación informativas y procesables para la rehabilitación de la disfunción sensoriomotora de las lesiones del LCA, a pesar de que se trata de un nivel de evidencia más bajo. Esto significa que las recomendaciones, aunque basadas en la evidencia, pueden no estar tan rigurosamente respaldadas por un análisis exhaustivo de toda la investigación disponible.
Los autores del comentario clínico indicaron que faltan investigaciones prospectivas sobre la capacidad del entrenamiento propioceptivo para reducir la dependencia visomotora. Por lo tanto, debemos ser conscientes de que estas recomendaciones pueden ser preliminares y estar sujetas a cambios.
Aunque el impacto de las lesiones del LCA en el sistema sensoriomotor está bien documentado, no sólo afecta a la rodilla. Debemos ser conscientes de que otras articulaciones que rodean la rodilla afectada probablemente también se verán afectadas, por lo que es importante ampliar el examen para obtener una mejor imagen del paciente que tenemos delante.
La rehabilitación de las disfunciones sensoriomotoras de las lesiones del LCA debe centrarse en mejorar la función eferente periférica y central y en mejorar la función somatosensorial, reduciendo al mismo tiempo la dependencia visomotora. Las intervenciones deben aplicarse precozmente y progresar con el tiempo. El entrenamiento de fuerza, la EENM y la biorretroalimentación EMG de superficie son eficaces para la función eferente, pero la intensidad es clave. El entrenamiento propioceptivo, la TENS y la crioterapia mejoran la función somatosensorial. El aumento de la complejidad del entrenamiento propioceptivo (tipo de tarea, información visual, carga cognitiva, perturbaciones) puede ayudar a reducir la dependencia visomotora.
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