Ellen Vandyck
Director de Investigación
La inestabilidad de hombro es una afección frecuente en la práctica de la fisioterapia. En caso de inestabilidad traumática del hombro, a menudo se opta por la cirugía. La rehabilitación fisioterapéutica está indicada sobre todo en la inestabilidad atraumática del hombro, para reforzar la musculatura estabilizadora alrededor de la articulación glenohumeral. Sin embargo, las personas con inestabilidad atraumática del hombro pueden presentar daños estructurales asociados en la articulación. Para este subconjunto de pacientes, no está claro si la intervención quirúrgica es beneficiosa. Por lo tanto, este ensayo controlado aleatorio investiga la adición de la intervención quirúrgica a la rehabilitación fisioterapéutica para mejorar los resultados de los pacientes con inestabilidad atraumática del hombro que presentan daños en los tejidos blandos de las articulaciones del hombro.
Los candidatos elegibles para su inclusión en este ECA presentaban inestabilidad atraumática del hombro que se definió como inseguridad (aprensión) en la articulación del hombro. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a los grupos de cirugía de estabilización o de control. El grupo de estabilización del hombro se sometió a cirugía de plicatura capsular y reparación del labrum cuando fue necesario. La cirugía de plicatura capsular es un procedimiento en el que se tensa la parte suelta o sobrante de la cápsula. Los participantes asignados aleatoriamente al grupo de control se sometieron a una evaluación artroscópica de la cápsula articular sin ningún procedimiento capsular o labral.
Ambos grupos siguieron el mismo protocolo de fisioterapia postoperatoria. Este protocolo tenía como objetivo mejorar la función de los músculos que rodean la articulación del hombro y se inició tras un periodo de inmovilización de 4 semanas en cabestrillo. Se realizaron un máximo de 12 sesiones de fisioterapia durante un periodo de 6 meses tras la operación.
El resultado primario fue el dolor y el deterioro funcional a los 2 años, medidos mediante la medida de resultado autoinformada Western Ontario Instability Index (WOSI). La diferencia mínima importante es una reducción de 10,4 puntos.
Un total de 68 participantes fueron asignados aleatoriamente al grupo de cirugía artroscópica de estabilización del hombro o al grupo de control que sólo recibió artroscopia diagnóstica. Ambos siguieron el mismo protocolo de fisioterapia postoperatoria. Los criterios de referencia indicaron que los grupos estaban bien emparejados al inicio del estudio.
La puntuación WOSI al inicio del estudio fue de 67 y 68 en los grupos de control y de estabilización del hombro, respectivamente. El criterio de valoración principal fue el cambio en la puntuación WOSI a los 24 meses. En este caso, el grupo de control obtuvo 32 puntos y el grupo de estabilización del hombro, 35. Así pues, la diferencia entre grupos se situó por debajo del umbral de la diferencia mínima clínicamente importante de 10,4 puntos. Sin embargo, ambos grupos mejoraron a lo largo del periodo de estudio, y las mayores mejoras se observaron en los primeros 6 meses.
La inestabilidad atraumática del hombro se definió como inseguridad (aprensión) en la articulación del hombro; sin embargo, no se describieron pruebas clínicas. Por lo tanto, aquí no está claro hasta qué punto la inestabilidad se producía en la vida cotidiana de los pacientes. ¿Se produjo durante actividades deportivas o ya durante tareas cotidianas sencillas? La inestabilidad puede presentarse como un espectro y las diferentes opciones de rehabilitación pueden ser más adecuadas para determinados subconjuntos de pacientes. Sin embargo, esta cuestión no era objeto del presente estudio.
Todos los participantes con inestabilidad atraumática del hombro se sometieron a una artroscopia diagnóstica y sólo una vez que la artroscopia confirmó la presencia de daño capsular o labral, el participante fue asignado aleatoriamente al grupo de estabilización quirúrgica o al grupo de control. Esto implicaba que todos los participantes habían recibido algún tipo de intervención quirúrgica. En algunos se reparó la articulación, en otros sólo se evaluó. En ambos casos, se realiza algún tipo de procedimiento invasivo que puede ir acompañado de efectos adversos. Los resultados indican que el desplazamiento capsular artroscópico no aportó beneficios en comparación con la artroscopia diagnóstica y, como tal, no debe considerarse en la inestabilidad atraumática del hombro.
Los grupos estaban bien emparejados al inicio del estudio, pero no se dieron detalles sobre los hallazgos artroscópicos. Así que aquí no sabemos hasta qué punto los grupos coincidieron en el daño capsular y labral observado durante la artroscopia.
Ambos grupos mejoraron a lo largo de los 6 primeros meses del periodo de estudio. El protocolo de fisioterapia postoperatoria se inició tras 4 semanas de inmovilización con cabestrillo después de la artroscopia. Por lo tanto, se podría suponer que el programa de fisioterapia fue el principal impulsor de las mejoras observadas, independientemente de haber recibido o no la cirugía de desplazamiento capsular. No obstante, esto es demasiado simplista, ya que la duración media de los síntomas fue de unos 7 años y alrededor del 90% de los participantes incluidos habían recibido fisioterapia previamente, pero seguían presentando un alto grado de dolor y deterioro. En este caso, el efecto placebo puede haber contribuido a las mejoras observadas.
La cirugía de desplazamiento capsular, en la que se "tensa" la cápsula articular, no produjo mejores resultados que la cirugía artroscópica placebo en cuanto a la mejoría del dolor y los trastornos funcionales. Ambos grupos participaron en el mismo protocolo de fisioterapia postoperatoria, lo que indica que éste sería adecuado para la rehabilitación de la inestabilidad atraumática del hombro.
Referencia adicional
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