Ellen Vandyck
Director de Investigación
El ejercicio acuático se incorpora cada vez más a la rehabilitación fisioterapéutica. Dos revisiones sistemáticas anteriores hallaron que el ejercicio acuático terapéutico era capaz de reducir la intensidad del dolor y mejorar la función en personas con lumbalgia crónica, pero los resultados se estudiaron principalmente a corto plazo. Por lo tanto, el objetivo de este estudio era examinar la eficacia del ejercicio acuático para el dolor lumbar crónico y compararlo con "modalidades de fisioterapia" durante un periodo de seguimiento de 12 meses.
En este ensayo clínico aleatorizado participaron personas de entre 18 y 65 años con dolor entre la banda glútea y el arco costal, con o sin dolor en las extremidades inferiores y una intensidad del dolor (cuando más dolía) igual o superior a 3 en una escala de valoración numérica. El dolor crónico se definió como aquel que duraba al menos 3 meses. Se excluyeron las causas específicas de lumbalgia y las personas que realizaban intervenciones regulares de ejercicios para la lumbalgia durante los últimos 6 meses.
Tres fisioterapeutas cualificados se encargaron de las sesiones de intervención acuática. La intervención de ejercicio acuático terapéutico se realizó dos veces por semana durante 60 minutos durante 12 semanas. De los 60 minutos, 10 se dedicaron a un calentamiento activo para potenciar la activación neuromuscular y 10 minutos a un enfriamiento posterior. La intensidad objetivo se definió por la puntuación autoevaluada del individuo de aproximadamente 13 en la escala de Borg, correspondiente al 60-80% de la frecuencia cardiaca máxima. Los participantes asignados al azar al grupo de "modalidades de fisioterapia" recibieron 30 minutos de estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) y de infrarrojos térmicos durante 30 minutos.
El resultado primario de interés fue la discapacidad medida por el cuestionario de discapacidad de Roland-Morris, en el que las puntuaciones más altas reflejan una discapacidad más grave.
Los participantes en el grupo de rehabilitación acuática mostraron mejoras en la discapacidad en todos los puntos temporales. Estas mejoras no se vieron influidas por la edad, el sexo, el índice de masa corporal, la duración de la lumbalgia, el nivel educativo o el nivel de dolor.
La pregunta más importante es: ¿cómo demonios consiguieron la aprobación ética de este estudio? Como los comparadores TENS e infrarrojos están específicamente desaconsejados para tratar el dolor lumbar, esto plantea la cuestión de por qué el ensayo pudo utilizar estas modalidades en primer lugar. En lugar de proporcionar un tratamiento comparativo basado en la evidencia o, alternativamente, un enfoque de esperar y ver, por ejemplo, exponían a los pacientes a un tratamiento ineficaz y contraindicado. De este modo, no sólo se amplificaba el riesgo de afrontamiento desadaptativo, que ya es habitual en la lumbalgia crónica, sino que se perdía tiempo y posiblemente se perjudicaba a estos pacientes crónicos al hacerles recibir un tratamiento ineficaz.
Aunque se pueden señalar varios aspectos metodológicos buenos de este estudio (cegamiento de los evaluadores, protocolo registrado, cálculo del tamaño de la muestra basado en pruebas y realizado a priori, ajuste para varios factores de influencia potenciales, análisis por intención de tratar como análisis primario), preferiría no prestar demasiada atención a este estudio en primer lugar, ya que francamente creo que fue una pérdida de tiempo. Sin embargo, decidí reseñar este estudio para poner de relieve que, a veces, incluso la denominada investigación de alta calidad (un ensayo controlado aleatorizado se considera investigación de alta calidad) puede ser trivial. ¿Qué podemos aprender de esto? El entorno puede haber desempeñado un papel importante, ya que quizá en algunos países estos TENS e infrarrojos todavía se consideran una práctica habitual y forman parte de la fisioterapia. Por ello, al revisar este estudio, espero que este mensaje llegue a muchas personas de todo el mundo y pueda ayudar a pasar de estas "modalidades de tratamiento" pasivas a una atención de alta calidad, eficiente y eficaz, basada en el ejercicio.
El mensaje más importante de este estudio es que aún queda mucho por hacer en el campo de la fisioterapia. La fisioterapia debe considerarse una profesión, no una modalidad de tratamiento. Este ensayo comparó el ejercicio acuático para el dolor lumbar crónico con dos modalidades pasivas TENS e infrarrojos, ya que se justificó como "práctica habitual". Varias directrices desaconsejan el uso de TENS en la lumbalgia crónica (directriz KNGF, directriz NICE). Por otra parte, el ejercicio acuático está recomendado por varias directrices. Así que, básicamente, perdieron el tiempo comparando un tratamiento eficaz con un "tratamiento" contraindicado y, por lo tanto, este estudio no aporta realmente nada a nuestra hermosa profesión.
Referencias adicionales:
Guía NICE (Publicada el 30 de noviembre de 2016, Última actualización el 11 de diciembre de 2020): www.nice.org.uk/guidance/ng59
Directriz del KNGF (neerlandés) (octubre de 2021): https://www.kngf.nl/binaries/content/assets/kennisplatform/onbeveiligd/richtlijnen/lage-rugpijn-en-lrs-2021/kngf_richtlijn_lage_rugpijn_en_lrs_2021.pdf
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